El cáncer de páncreas es una enfermedad que afecta a miles de personas en todo el mundo. Se caracteriza por el desarrollo de células malignas en los tejidos de este órgano ubicado en la parte posterior del abdomen.
En el páncreas existen dos tipos de células principales, de las cuales pueden surgir tipos de cáncer completamente diferentes:
- De las células del páncreas exocrino, encargadas de producir los jugos necesarios para la digestión, deriva el tipo de cáncer de páncreas más frecuente: El adenocarcinoma de páncreas. Éste supone el 95% de los tumores malignos diagnosticados en este órgano, y es uno de los tumores más letales que existen.
- En cambio, de las células del páncreas endocrino, encargadas de la producción de hormonas como la insulina, surgen los carcinomas neuroendocrinos, mucho menos frecuentes y con un comportamiento, por lo general, menos agresivo.
En esta publicación explicaremos lo esencial de estos dos tipos principales de cáncer de páncreas.
Adenocarcinoma de páncreas
El adenocarcinoma ductal pancreático supone sólo un 2,6% de los nuevos casos de cáncer, pero es la séptima causa principal de muerte relacionada con esta enfermedad en el mundo. En algunos países desarrollados como los Estados Unidos, este tipo de cáncer es la tercera causa de muerte por cáncer, sólo por detrás del de pulmón y del colorrectal. Además, se estima que la incidencia seguirá aumentando en las próximas décadas.
¿Cuáles son los factores de riesgo del adenocarcinoma de páncreas?
Aunque las causas exactas del cáncer de páncreas no se comprenden al completo, se han identificado ciertos factores de riesgo:
- El tabaquismo.
- La obesidad.
- Los antecedentes familiares de cáncer de páncreas. Algunos síndromes de cáncer hereditario familiar, como las mutaciones de BRCA2, se han asociado a un riesgo aumentado de este tipo de cáncer.
¿Cuáles son los síntomas de este cáncer de páncreas?
Lamentablemente, el cáncer de páncreas suele ser difícil de detectar en sus etapas iniciales, por lo que es frecuente que se diagnostique en etapas avanzadas, con la aparición de dolor abdominal o pérdida de peso inexplicada.
En ocasiones, cuando el tumor bloquea las vías biliares, puede producirse ictericia, la coloración amarillenta de la piel por el acumulo de bilirrubina en el cuerpo.
¿Cómo se diagnostica el adenocarcinoma de páncreas?
Entre las pruebas para detectar el cáncer de páncreas podemos encontrar:
- Estudios analíticos, con valoración de la función del hígado y marcadores tumorales basales (CEA y CA19-9). Si bien hay que recordar, que no son completamente fiables, pues los valores absolutos de CA19-9 pueden elevarse falsamente en el contexto de la ictericia.
- Pruebas de imagen, como la tomografía computarizada.
- Toma de biopsia para estudio por anatomía-patológica que nos confirme el tipo celular causante del tumor, siendo en ocasiones necesaria la realización para ello de estudios endoscópicos, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o CPRE para ello.
¿Cuál es el tratamiento de este cáncer de páncreas?
La elección del tratamiento de un cáncer de páncreas depende de varios factores, como el estadio y la ubicación del tumor, así como la salud general del paciente, y suele discutirse en comités multidisciplinares.
Cuando está localizado, es esencial evaluar si es posible una cirugía de entrada o si es necesario administrar un tratamiento sistémico con quimioterapia previa a la misma. Tras la cirugía, a la mayoría de los pacientes se les ofrece tratamientos con quimioterapia con intención adyuvante, esto es, con el objetivo de reducir al máximo las posibilidades de recidiva del tumor.
En algunas ocasiones, aunque el tumor esté localizado, no es posible realizar una cirugía por afectar a vasos sanguíneos u órganos esenciales no operables, en cuyo caso se suelen plantear tratamientos con quimioterapia y/o radioterapia.
En los casos en que el paciente presenta metástasis, el tratamiento tiene una intención paliativa y está basada en diferentes combinaciones de quimioterapia.
Carcinomas neuroendocrinos de páncreas
Los carcinomas neuroendocrinos son tumores poco frecuentes que pueden surgir en las células productoras de hormonas a lo largo del tracto digestivo, incluido en el páncreas. Sin embargo, a pesar de su rareza, muchos de ellos evolucionan lentamente, por lo que existen muchos pacientes que conviven diariamente con este tipo de tumores.
La clasificación de las neoplasias neuroendocrinas del páncreas supone un gran desafío, debido a la biología heterogénea de este tipo de tumor. Esto es, existen muchos tipos celulares que pueden originar esta clase de tumores, y por ello, los síntomas que producen y su agresividad pueden variar enormemente.
¿Cuáles son los factores de riesgo de los carcinomas neuroendocrinos de páncreas?
La mayoría de tumores neuroendocrinos son esporádicos y no presentan factores de riesgo conocidos.
En algunos casos, este tipo de tumores pueden presentarse en el contexto de síndromes hereditarios familiares, como los síndromes de neoplasias endocrinas múltiples MEN1 o MEN2.
¿Cuáles son sus síntomas?
Cómo la función de las células originales de las que surgen este tipo de cánceres era la de producir hormonas, algunos de los tumores neuroendocrinos mantienen esa capacidad. Por este motivo, los síntomas pueden ser los derivados de un exceso hormonal. Así encontramos los siguientes tipos tumorales:
- Insulinomas: Tumores que producen insulina y pueden originar síntomas de hipoglucemia (descenso de los niveles de glucosa en la sangre).
- Glucagonomas: Producen glucagón, hormona implicada en el metabolismo del azúcar en la sangre que puede producir hiperglucemia (aumento de los niveles de glucosa en la sangre).
- Gastrinomas: Tumores productores de gástrica, la hormona encargada de promover la producción de ácido estomacal. Los síntomas de este tipo de tumores son la hiperacidez estomacal y el riesgo de ulceras gástricas por dicho motivo.
- VIPoma: Un tumor muy raro que produce péptido intestinal vasoactivo
(VIP en sus siglas en inglés), el cual causa una diarrea acuosa crónica y deshidratación.
Por lo general, los tumores que no producen hormonas suelen presentan síntomas poco específicos y confusos, por lo que son enfermedades que pasan desapercibidas hasta estadios avanzados.
¿Cómo se diagnostican los carcinomas neuroendocrinos de páncreas?
Muchas veces se diagnostican de manera incidental al realizar pruebas de imagen por otro motivo. Para el estudio de este tipo de tumores son útiles:
- Las pruebas analíticas con marcadores neuroendocrinos, como la Cromogranina A en sangre o la 5HIAA en orina.
- Pruebas de imagen, como las Tomografías Computarizadas (TC), las Resonancias Magnéticas (RM) o las pruebas de medicina nuclear como el octreoscan o la Tomografía por Emisión de Positrones (PET).
- La toma de biopsia para estudio anatomo-patológico: En muchas ocasiones es imprescindible para asegurar el diagnóstico y descartar otro tipo de tumores, como el adenocarcinoma de páncreas previamente citado.
¿Cómo se tratan los tumores neuroendocrinos?
El tratamiento es complejo y varía en función del paciente, el tipo de tumor y su agresividad.
En los casos de tumores localizados, siempre que técnicamente sea posible, se realizan tratamientos de control local como la cirugía. En ocasiones, en tumores muy pequeños en los que la cirugía pudiera ser muy agresiva, pueden plantearse estrategias de vigilancia estrecha sin tratamiento.
Cuando el tumor se presenta con metástasis, dado que muchos de estos tumores presentan lento crecimiento sin producir síntomas durante años, se pueden plantear estrategias de seguimiento sin tratamiento. Así, se evitan los efectos secundarios de los tratamientos hasta que son realmente necesarios, sin causar un daño al paciente.
En otras ocasiones, como en los carcinomas neuroendocrinos de alto grado, se necesitan tratamientos de quimioterapia con combinaciones de varios fármacos.
Entremedias, existe un espectro de tumores de diferente comportamiento y agresividad, que pueden tratarse mediante diferentes estrategias:
- Tratamientos hormonales, como análogos de la somatostatina.
- Terapías dirigidas orales, como el everolimus o el sunitinib.
- Fármacos de medicina nuclear, como el lutecio-DOTATATE, que se trata de un compuesto radioactivo unido a una guía hormonal que lleva el fármaco de forma dirigida a las células tumorales.
Dada la complejidad del manejo de estos pacientes, se recomienda que siempre se evalúen en comités multidisciplinares y en centros con experiencia en su manejo.
Conclusiones sobre el cáncer de páncreas
Es importante tener en cuenta que cada caso de cáncer de páncreas es único, por lo que es fundamental un enfoque multidisciplinario y personalizado. Además, el apoyo emocional y psicológico para los pacientes y sus familias desempeña un papel fundamental en el manejo de esta enfermedad.
La investigación médica continua en el campo del cáncer de páncreas nos ofrece la esperanza de mejorar los resultados en esta compleja enfermedad, pero para ello es necesario aumentar la concienciación pública y el acceso a la investigación clínica.
Referencias
Jr, Vincent T, D. et al. DeVita, Hellman, and Rosenberg’s Cancer. Available from: Wolters Kluwer, (12th Edition). Wolters Kluwer Health, 2022.
Graduada en Medicina por la Universidad de Navarra y completó la especialización en oncología médica en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid. Actualmente trabaja como oncóloga médica en el hospital Txagorritxu de Vitoria-Gasteiz, dentro del sistema de salud público del País Vasco.