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¿Cuál es el tratamiento del mieloma múltiple?
El tratamiento del mieloma múltiple es muy complejo y variado ya que, hasta el momento, este cáncer hematológico carece de una cura definitiva. Sin embargo, existen opciones de tratamiento que permiten abordar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Estos enfoques terapéuticos se adaptan individualmente, considerando el estadio de la enfermedad, la edad y la salud general de cada persona. El principal objetivo del tratamiento del mieloma múltiple es mejorar la supervivencia y la calidad de vida del paciente. Esto implica reducir los síntomas asociados con la enfermedad, ralentizar su progresión y buscar remisiones prolongadas.
Dado que el mieloma múltiple es una enfermedad incurable, es fundamental que las personas afectadas adopten un enfoque integral para su cuidado. Además del tratamiento médico, una dieta equilibrada y saludable juega un papel importante en el bienestar del paciente. Asimismo, se recomienda buscar apoyo psicológico para afrontar el impacto emocional que conlleva la enfermedad. Unirse a una asociación de pacientes puede proporcionar un respaldo adicional durante todo el proceso oncológico.
Existen dos formas de presentación del mieloma múltiple: asintomática o «latente» y activa o sintomática. En el caso de mieloma asintomático, la enfermedad se encuentra en una etapa temprana con mínima extensión y baja malignidad al momento del diagnóstico. En estos casos, se puede optar por una «espera vigilante», retrasando el inicio del tratamiento hasta que aparezcan síntomas. Cuando los síntomas del mieloma aparecen, los pacientes con mieloma activo necesitan tratamiento inmediato y se dividen en dos grupos:
Pacientes aptos para recibir un trasplante de células madre.
Pacientes que no reúnen las condiciones físicas para recibir un trasplante de células madre.
El mieloma múltiple es una enfermedad que requiere tratamientos personalizados, lo que hace crucial su clasificación según la edad, estado de salud general, comorbilidades y otros factores personales. El enfoque terapéutico para abordar el mieloma múltiple se divide en diferentes fases, estando la última fase muy vinculada a los ensayos clínicos. En algunos casos, es posible que el tratamiento inicial no sea efectivo, por lo que se pueden requerir otras opciones terapéuticas adicionales entre las cuales los ensayos clínicos juegan un papel destacado gracias a la especialización innovadora de sus tratamientos.
Fase 1: terapia de inducción
La terapia de inducción es la primera línea de tratamiento para el mieloma múltiple que reciben los pacientes. Su objetivo principal es controlar el crecimiento del cáncer, mejorar la respuesta del paciente a la terapia y permitir la extracción de células madre para el trasplante en la segunda fase. Esta terapia combina medicamentos que se administran en todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo, lo que se conoce como farmacoterapia sistémica. En esta primera fase, generalmente se administran dos o tres tratamientos juntos:
- Terapia con corticoesteroides: este tratamiento utiliza altas dosis de esteroides para controlar la inflamación mediante la destrucción de linfocitos malignos, y así mejorar la respuesta inmunitaria del cuerpo. Entre los corticoesteroides que suelen administrarse se encuentran la dexametasona o la prednisona.
- Inmunoterapia: este tratamiento ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer al bloquear las vías que el mieloma utiliza para evadir la respuesta inmunitaria del cuerpo. Esto permite que el sistema inmunitario identifique y destruya las células cancerosas. Entre las inmunoterapias que se utilizan para tratar esta enfermedad se encuentran:
- Agentes inmunomoduladores: el primero de estos agentes que se utilizó para el mieloma múltiple fue la talidomida, la cual presenta un riesgo alto de causar neuropatía, entre otros efectos adversos. Actualmente, se opta por administrar lenalidomina por ser una versión más potente y con menos efectos secundarios que la talidomida.
- Inhibidores del proteasoma: son medicamentos que actúan bloqueando una estructura celular llamada proteasoma, que descompone proteínas dañadas. En el mieloma múltiple, estas células malignas producen proteínas anormales en exceso, lo que puede llevar a su proliferación descontrolada. Los inhibidores del proteasoma provocan una acumulación de proteínas dentro de las células cancerosas, provocando su destrucción. Entre los inhibidores de proteasoma para tratar el mieloma múltiple se encuentran el bortezomib, ixazomib y carfilzomib.
- Anticuerpos monoclonales: los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunológico para defenderse contra infecciones. Mediante la creación de versiones sintéticas, también conocidas como anticuerpos monoclonales, se pueden diseñar para dirigirse específicamente a ciertos objetivos, como las proteínas que se encuentran en la superficie de las células del mieloma. De esta manera, estos anticuerpos sintéticos pueden atacar selectivamente las células cancerosas y ayudar en el tratamiento del mieloma múltiple. Los anticuerpos monoclonales que se suelen utilizar son: daratumumab, isatuximab y elotuzumab.
- Inhibidor de exportación nuclear: El núcleo de una célula alberga ADN, esencial para la producción de proteínas que son necesarias para su correcto funcionamiento. La proteína XPO1 ayuda a transportar otras proteínas desde el núcleo a otras partes de la célula. El medicamento selinexor es un inhibidor de exportación nuclear que bloquea la proteína XPO1. Al hacerlo, la célula del mieloma no puede transportar proteínas desde su núcleo y, como resultado, muere.
- Activadores bioespecíficos de células T (BiTE): El teclistamab es un tipo de inmunoterapia llamado «BiTE» que se adhiere a las células T y a la proteína BCMA en las células del mieloma. Trabaja junto con el sistema inmunológico para combatir las células cancerosas. Se utiliza para tratar el mieloma múltiple que no ha respondido a al menos otros 4 tratamientos previos
- Quimioterapia: aunque ya no se administra como tratamiento principal, sigue utilizándose para algunos casos. La quimioterapia destruye las células malignas e inhibe su crecimiento, aunque también puede afectar a células sanas y provocar efectos secundarios. Para mejorar su efectividad y minimizar los efectos adversos, se suele combinar con nuevos medicamentos. Algunos fármacos quimioterápicos que se administran pueden ser ciclofosfamida, etopósido, doxorrubicina, melfalán o bendamustina, entre otros. El equipo médico descartará el empleo de algunos medicamentos que puedan causar daños en la médula ósea, como el melfalán, si el paciente es candidato para un autotrasplante.
Estas terapias suelen combinarse entre sí para determinar la dosis más efectiva contra el mieloma múltiple y reducir los efectos adversos. Además, siempre y cuando el paciente sea candidato, facilitan el proceso de autotrasplante de células madre.
Fase 2: terapia de consolidación
Esta segunda fase del tratamiento del mieloma múltiple busca destruir cualquier célula maligna que haya permanecido en el organismo.
A los pacientes, generalmente menores de 65 años, que han alcanzado una remisión total o completa de la enfermedad y se encuentran en un buen estado de salud para recibir altas dosis de quimioterapia, se les brinda la opción de someterse a un trasplante. Las opciones de trasplante pueden ser:
Trasplante autógeno de células madre: este procedimiento, que se realiza en una o dos intervenciones consecutivas, se lleva a cabo si el tratamiento de inducción ha permitido recolectar células madre sanas del propio paciente. Después de administrar altas dosis de quimioterapia en esta segunda fase, las células madre sanas se devuelven al torrente sanguíneo a través de una infusión intravenosa. El objetivo principal es proteger la médula ósea de los efectos secundarios de la quimioterapia y, a su vez, restablecer la producción de células sanguíneas normales. De esta manera, se busca mantener la función de la médula ósea después del tratamiento agresivo, permitiendo que el cuerpo siga produciendo las células sanguíneas necesarias para su correcto funcionamiento.
Trasplante alogénico de células madre: tiene el mismo objetivo el trasplante autógeno, con la diferencia de que las células madre que recibe el paciente provienen de un donante. Los pacientes que reciben este tipo de trasplante (alotrasplante) tienen mayor riesgo de contraer infecciones o padecer la enfermedad de injerto contra huésped (EICH).
En el caso de pacientes que no reúnen las condiciones físicas para someterse a un trasplante, pero que presentan marcadores tumorales estables, generalmente se suspende el tratamiento. Otra opción es continuar con terapias de mantenimiento en la siguiente fase, pero a dosis más bajas.
Fase 3: terapia de mantenimiento
La terapia de mantenimiento para el mieloma múltiple es una estrategia que ayuda a prolongar la remisión de la enfermedad durante un período más largo. En esta fase, los fármacos se administran con dosis menores o con menor frecuencia, pero manteniendo la eficacia de las terapias de la fase de inducción o de trasplantes. Actualmente, se están llevando a cabo investigaciones médicas para determinar cuál puede ser el mejor tratamiento para evitar la recidiva del mieloma múltiple. A pesar de que se emplean terapias utilizadas previamente, hay algunos fármacos, en base a los resultados de ensayos clínicos, que suelen ser los más utilizados en esta fase mantenimiento:
- Lenalidomina, por su baja neurotoxicidad.
- Tanto el bortezomib como el ixazomib se recomiendan en aquellos pacientes que presentan anomalías citogenéticas, es decir, cambios en los cromosomas t(4;14), t(14;16), del (17p) y t(14;20).
El ensayo clínico: la oportunidad para recibir un nuevo tratamiento para el mieloma múltiple
Los ensayos clínicos para el mieloma múltiple son de vital importancia para incrementar el conocimiento sobre este tipo de cáncer, lo que podría llevar al desarrollo de fármacos más precisos y a la administración de tratamientos actuales más adecuados a las necesidades específicas de cada paciente.
Las investigaciones sobre el tratamiento del mieloma múltiple tienen diversas metas, entre las que se destacan: el desarrollo de tratamientos curativos, la obtención de remisiones prolongadas (como se ha observado en la fase de mantenimiento) y la mejora de la calidad de vida durante el proceso oncológico.
Participar en un ensayo clínico puede proporcionar beneficios significativos, como el acceso a nuevas terapias y un mayor seguimiento por parte del personal sanitario. Esta participación en la investigación puede tener un impacto positivo en la evolución del mieloma múltiple y en el bienestar general del paciente.
Tratamientos para el mieloma múltiple en recidiva o refractarios
Casi todos los pacientes con mieloma múltiple presentarán recidiva o la enfermedad se volverá resistente a las terapias (refractario), existen varias opciones de tratamiento disponibles para abordar estas situaciones. Estas opciones incluyen tratamientos estándar que se utilizan comúnmente y también tratamientos en investigación que pueden estar disponibles solo a través de ensayos clínicos.
Si los tratamientos previos tuvieron una respuesta positiva para el paciente, puede que se vuelvan a administrar. Los tratamientos convencionales para la recurrencia o refractariedad del mieloma pueden incluir diferentes combinaciones de los fármacos empleados en la fase de inducción. Estos enfoques buscan controlar el crecimiento del cáncer y mejorar la calidad de vida del paciente.
Además de los tratamientos previos, existen ensayos clínicos que evalúan nuevas terapias y enfoques innovadores para el tratar el mieloma múltiple, cuyos objetivos son:
Tratar el cáncer con:
Fármacos nuevos: células CAR frente a BCMA
Nuevas combinaciones de tratamiento: nuevos anticuerpos monoclonales junto con otros ya existentes (daratumumab) o agentes inmunomoduladores (lenalidomida).
Nuevas vías para administrar medicamentos: por vía oral, intravenosa, cutáneo, etc.
Controlar los síntomas del cáncer y reducir efectos secundarios.
Evitar la recurrencia del mieloma múltiple.
Para los supervivientes de mieloma múltiple se busca atenuar los efectos secundarios a largo plazo.
- Mantener durante un periodo más prolongado la remisión.
El tratamiento del mieloma múltiple es complejo y se debe adaptar a las necesidades individuales de cada paciente, por lo que siempre ha de estar dirigido y supervisado por un equipo médico especializado en hematología y oncología, que pueda evaluar y ajustar el plan de tratamiento según la evolución del paciente.
¿Te gustaría saber más sobre esta enfermedad? Lee nuestro artículo sobre Mieloma Múltiple escrito por la Dra. Cristina Sánchez, oncóloga médica.
Bibliografía
American Cancer Society, 2023: Mieloma múltiple, Inmunoterapia
Instituto Nacional del Cáncer, 2023: Inmunoterapia para tratar el cáncer, Tratamiento de las neoplasias de células plasmáticas (incluso mieloma múltiple)
Comunidad Española de Pacientes con Mieloma Múltiple, 2023: ¿Qué es el mieloma?
Clínic Barcelona, 2023: ¿Qué es el mieloma múltiple?
Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), 2023: Mieloma Múltiple España
Leukemia & Lymphoma Society, 2023: Mieloma