El mieloma múltiple es una enfermedad hematológica maligna que, a diferencia de las enfermedades oncológicas originadas en células de órganos sólidos, aparece en las células de la sangre.
Se caracteriza por la proliferación descontrolada de células plasmáticas en la médula ósea, que incluso desplazan y dificultan el crecimiento y función de otras células sanguíneas. Estas células forman parte del sistema inmune y son derivadas de los linfocitos, encargadas de formar anticuerpos o inmunoglobulinas, que sirven para defendernos de agentes extraños.
En este artículo, exploraremos en profundidad el mieloma múltiple: desde su etiología, diagnóstico y clasificación, hasta las opciones terapéuticas más actuales. Lo cierto es que, progresivamente, se van desarrollado nuevos fármacos para mejorar la calidad de vida y la supervivencia, lo cual son buenas noticias para los pacientes que padecen esta dolencia.
Etiología y factores de riesgo del mieloma múltiple
Todavía no se sabe con exactitud la causa exacta de aparición del mieloma múltiple, pero se han identificado algunos factores de riesgo:
- Sustancias químicas (benceno, dioxinas, pesticidas, disolventes, carburantes, productos de limpieza, etc.).
- Radiaciones ionizantes.
- Inmunodepresión (ya sea originada por tratamientos para algunas enfermedades autoinmunes, infecciones por VIH y otros virus, o por la propia debilitación inmune que corresponde a la edad avanzada).
- Género: es más frecuente en hombres que mujeres.
- Genética: un bajo porcentaje de casos son hereditarios, apareciendo en varios miembros de una misma familia.
Diagnóstico del mieloma múltiple
Signos y síntomas del mieloma múltiple
No siempre aparecen datos clínicos, es decir, existen casos asintomáticos. Muchas veces se diagnostica por un hallazgo casual en una analítica o prueba de imagen realizada por otro motivo. Pero de aparecer, lo más frecuente es que curse con:
- Dolor óseo: suele aparecer dolor en huesos grandes (espalda, cadera, costillas, pelvis…).
- Fracturas: secundario a la debilidad de los huesos.
- Infecciones frecuentes: por la mala funcionalidad del sistema inmune.
Pruebas específicas
Analítica de sangre
Uno de los marcadores diagnósticos más importantes que pueden aparecer en un análisis de sangre específico es la presencia en sangre y/o en orina de la “proteína de mieloma” (proteína M). Son proteínas que se producen como resultado de la proliferación anormal de las células plasmáticas. Estas células aberrantes no son capaces de producir anticuerpos o inmunoglobulinas normales (también formados por proteína), sino algo que puede parecerse a estos sin tener funcionalidad.
Aspectos a tener en cuenta:
- Es frecuente que aparezca anemia, leucopenia y/o trombopenia (bajo recuento de glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas respectivamente).
- El calcio en sangre puede estar elevado (hipercalcemia), al ser liberado del hueso dañado
- Pueden aparecer alteraciones de la función renal. Las proteínas generadas por las células del mieloma pueden causar daños en los riñones.
Biopsia o aspirado de médula ósea
Desempeña un papel crucial en el diagnóstico. Consiste en puncionar el hueso para obtener una muestra. Normalmente se obtiene de la pelvis o del esternón. Esto permite confirmar directamente en el microscopio que son las células plasmáticas las que se están formando de manera anómala y determinar, por tanto, que se trata de un mieloma.
Pruebas radiológicas
Según el caso se solicitará radiografía, TAC y/o RM. Son pruebas que permiten evaluar los huesos para detectar anomalías o fracturas, sobre todo cuando han aparecido síntomas.
Clasificación del mieloma múltiple
La clasificación del mieloma múltiple se basa en la cantidad y tipo de proteína M (recordemos que es equivalente a un anticuerpo o inmunoglobulina anómalo), una vez se ha detectado en la analítica como hemos mencionado anteriormente.
Cada inmunoglobulina tiene siempre cuatro componentes, denominados cadenas: dos cadenas pesadas y dos ligeras.
Lo más frecuente es encontrar mielomas con inmunoglobulina G o A (IgG, IgA) y, en función el tipo de cadena que se haya tipificado, se habla de cadenas pesadas o ligeras.
El tratamiento del mieloma múltiple
El tratamiento del mieloma múltiple ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, mejorando el pronóstico de la enfermedad.
Hasta hace pocos años solamente podíamos hablar de quimioterapia y trasplante de médula. En la actualidad se suman a estas terapias medicamentos inmunomoduladores y otros muy eficaces para bloquear el crecimiento celular (como talidomida, bortezomib, carfilzomib, ixazomib…).
Cada vez más hay nuevos fármacos para esta enfermedad, incluyendo anticuerpos monoclonales contra las células malignas, que se van incorporando a las diferentes etapas de la enfermedad.
El trasplante de células madre ha demostrado ser una estrategia efectiva para el tratamiento de pacientes más jóvenes. En este procedimiento el paciente recibe varios ciclos de tratamiento de quimioterapia para intentar eliminar o reducir al máximo posible las células malignas y poder seleccionar, extraer y reservar las células madre. Una vez eliminadas las células que no son sanas, se infunden de nuevo las células madre del propio paciente para empezar “de cero” a formar células normales.
Este tipo de trasplante en el que el paciente recibe sus propias células se denomina autólogo, y es el tratamiento convencional para el mieloma múltiple. Recibir células de donante (lo que se conoce como transplante alogénico) no ha demostrado ser tan beneficioso.
Sin embargo, aunque este trasplante autólogo resulte exitoso, es posible que el mieloma regrese con el paso del tiempo. Es por ello que algunos especialistas recomiendan hacer trasplante en tándem, que consiste en hacer dos trasplantes autólogos distanciados 6-12 meses. La desventaja es que causa más efectos secundarios, por lo que conlleva un mayor riesgo.
Además de todo esto, existen ya también terapias de mantenimiento con agentes como el lenalidomida, que ha demostrado prolongar el tiempo en el que no hay recaídas de la enfermedad.
Avances en la investigación del mieloma múltiple
La inmunoterapia se diferencia de la quimioterapia en que no ataca directamente las células malignas, sino que estimula el sistema inmunológico del paciente para que sea este quien las elimine. Este tipo de terapias, ya sea en forma de fármaco o a través de células tratadas en laboratorio, están suponiendo un gran avance en el manejo del mieloma múltiple.
A ello se suma la minuciosa investigación llevada a cabo sobre mutaciones genéticas específicas encargadas del crecimiento tumoral, lo que lleva a descubrir nuevas terapias dirigidas hacia esas mutaciones.
Conclusión
El mieloma múltiple sigue siendo un desafío médico. Sin embargo, los avances realizados en la comprensión de sus causas y las alteraciones moleculares de las células están ayudando a dejar paso a nuevos enfoques terapéuticos, cada vez más personalizados y eficaces.
Hay muchos profesionales trabajando por un futuro más esperanzador en el que el mieloma múltiple sea más controlable, y en el que los pacientes puedan vivir más tiempo y con más calidad de vida.
Oncóloga médica. Divulga sobre medicina de manera cercana y sencilla. Su trabajo se fundamenta en la Oncología Integrativa, incorporando otras especialidades para poder ofrecer una atención más completa.