Si estás en mitad de un proceso con tratamiento oncológico, tu alimentación es importante. Adquirir los suficientes nutrientes a través de los alimentos puede resultar una ardua tarea si te enfrentas a algunos incómodos efectos secundarios del cáncer y sus tratamientos. Por eso, hoy te traemos algunos trucos que pueden ayudarte a tener un buen estado nutricional y suficiente energía cada día.
¿Qué hago ante la fatiga?
Planifica algunas comidas con antelación, de modo que solo necesites descongelar un tupper para no estar horas de pie en la cocina si sientes mucho cansancio.
Haz una lista de la compra e incluye alimentos ricos en proteínas (legumbres y derivados, carnes, pescados, huevos), frutas y verduras de temporada y/o congeladas, cereales como el arroz o tubérculos como la patata o el boniato.
Ten un buen fondo de despensa: alimentos nutritivos y fáciles de preparar. ¡Las legumbres y verduras ya cocidas también cuentan!
Pide ayuda si lo necesitas para preparar las comidas.
Además de valorar las posibles deficiencias nutricionales que pueda haber y empeoren la fatiga, en este caso, el ejercicio físico prescrito por un profesional se consideraría una de las mejores estrategias.
Mantén una buena higiene en la cocina
Lávate las manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos antes y después de preparar los alimentos, así como antes de comer.
Respeta la cadena de frío (no descongeles los alimentos en la superficie de la cocina, por ejemplo, sacar el pollo del congelador y dejarlo sobre la encimera. Lo correcto sería hacerlo en el frigorífico).
Evita la contaminación cruzada. Utiliza un cuchillo y tabla diferente para cortar la carne y otra para cortar las verduras.
Respeta las fechas de caducidad.
Consume alimentos pasteurizados. Evita carnes y pescados crudos y lava bien las frutas y las verduras.
Si el apetito desaparece
Dar un paseo o hacer algo de ejercicio antes de las comidas para fomentar el apetito.
Come en un ambiente tranquilo y agradable.
Aprovecha aquel momento del día en el que tengas más hambre (suele ser el desayuno).
Come varias veces al día en pequeñas porciones y a las mismas horas.
Toma los líquidos antes y después de las comidas para no llenarte.
Enriquece tus comidas con calorías y proteínas extra, por ejemplo, 1 cucharada de aceite de oliva en crudo y 1 cacito de proteína de suero para enriquecer una crema de verduras.
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Si tienes náuseas
Toma la medicación a sus horas.
Toma la comida a temperatura ambiente o fría (desprende menos olores). Ej.: sopas y cremas frías, empanadillas, ensalada de pasta.
Realiza las comidas en ambientes tranquilos y aireados, lejos de olores fuertes de comidas. Si alguien cocina por ti, mejor.
Come en pequeñas cantidades varias veces al día.
Procura hacer batchcooking antes del próximo tratamiento oncológico. Tener listos unos buenos tuppers antes de que comience de nuevo la fatiga o las náuseas, mejorará tu alimentación.
Utiliza técnicas de cocción suave (horno, cocido, hervido, papillote, microondas).
Si la comida no te sabe como antes
Evita estar cerca de la cocina si hay olores fuertes. Airea la habitación donde vayas a comer.
Come los alimentos a temperatura ambiente.
Evita alimentos con olores fuertes como el pescado azul o la coliflor.
Cocina al horno, hervido o en papillote, evitando frituras.
Come con cubiertos de otros materiales como silicona, madera o bambú si tienes sabor metálico.
Prueba nuevas recetas, así reducimos expectativas.
Potencia el sabor de los alimentos utilizando especias y hierbas aromáticas.
Si te cuesta tragar
Lo más correcto sería tener un adecuado diagnóstico para saber qué grado de disfagia hay y que nos permita adaptar la textura de las recetas.
Algunos consejos muy generales, serían:
Evitar dobles texturas (caldo con fideos).
Evitar grumos, pieles, huesos (uvas…).
Evitar alimentos de aspecto fibroso (espárragos, carne).
Evitar alimentos pegajosos (crema cacahuete).
Evitar alimentos que sueltan líquido (naranja, sandía).
Evitar la deshidratación y utilizar espesantes para los líquidos si fuese necesario.
A tener en cuenta
Es posible que varios de estos factores se den a la vez, por lo tanto, la atención individualizada es clave para poder manejar los posibles síntomas y continuar con una alimentación suficiente y variada que apoye el tratamiento oncológico. Céntrate en comer alimentos que te aporten nutrientes y no en restringir grupos de alimentos para evitar posibles carencias.
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Dietista y nutricionista colegiada. Victoria estudió y trabajó en hospitales de Suiza como nutricionista en el área de oncología y ahora aplica sus conocimientos en España.