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testimonio cancer de colon con metastasis en higado

La última etapa: testimonio de cáncer de colon con metástasis en hígado

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Me llamo Pedro y éste es mi testimonio de un cáncer de colon con metástasis en hígado. El destino quiso que me acompañasen en el «adiós a la vida». Emulando el aria de la ópera Tosca: e lucevan le stelle … ya luce la estrella que ha venir a buscarme.

 

Sí, es mi última etapa y orgulloso de haber llegado. Muchos quedaron por el camino, muchos recuerdos. Nadie puede mediar en su propio destino, el guion de cada vida ya está escrito.

 

En primer lugar, diré que soy creyente. Quizás esto ayude a mi filosofía en el modo de percibir la enfermedad y convivir con ella, hay muchas formas de afrontarla, y dependerá mucho de la actitud y la disposición de cada enfermo.

 

Pero ahora se trata de mi enfermedad, pues sí, padezco un cáncer de colon con metástasis en el hígado. Esto se me comunica en febrero del 2020, lo que supuso estar recluido por el COVID sin poder acudir a ningún tratamiento durante tres meses, amén del tiempo que tuve para pensar en la enfermedad. Ese futuro inmediato y cómo sería el desenlace de mi vida, os aseguro, fue un martirio.

¿Por qué tengo cáncer de colon con metástasis en hígado? ¿Por qué YO?

 

¿Y por qué no? Si nunca he sido una excepción de nada en la vida, he pasado por todas las buenas y malas facetas, por qué se me habría de excluir de conocer ésta, quizá debía conocerla para irme de esta vida con mi libreto al completo.

 

Esto me ha llevado a muchas reflexiones y parece que todo cuanto sucede tiene una respuesta en otra dimensión. Volví a Barcelona después de estar unos 25 años en Coma-ruga (Tarragona), tenía la necesidad de volver a ese otro modo de «vida», a ese ajetreo diario que es el pulso de la Ciudad. Tenía ganas de tener gente a mi lado y así lo hice como buen «urbanita». En contra de la tendencia general de que todo jubilado va en busca de la tranquilidad, el reposo y ese lugar donde pensar… pues sí, dejé mi casa cerca del mar. Una voz en «off» que me decía: vuelve y reconoce de nuevo tu Ciudad.

 

Algo me apremiaba. Debía darme prisa. La suficiente para recordar y volver a pisar los lugares donde crecí, viví y soñé. Donde me enamoré, en definitiva, volví a pasear por la ciudad dentro de mi nueva etapa y, cuando ya la tenía de nuevo en mis manos…, una voz de más allá de los espacios me decía: ya está… hasta aquí has llegado.

 

Y hasta aquí este preámbulo para situarnos. Ese encierro me llevó, ante todo, a aceptar la resignación como un modo de vida. Necesitaba de un modo u otro reinventarme para seguir adelante. No debía rendirme ante la fatalidad, al contrario, debía luchar. Y mirando a los cielos clamé “sacar fuerzas de flaqueza” (Hebreos 11:34) para llegar a la frase reina:

 

«mientras hay vida hay esperanza».

Y a eso quiero agarrarme cual clavo ardiendo. Intento desatenderme del estadio de mi enfermedad y hacer de mis días los más amenos. Para ello escribo, paseo y me reúno con quien quiero, con las gentes de la última etapa de mi tiempo.

 

Tratando el cáncer de colon y la metástasis en el hígado

 

Estoy convencido de que la quimioterapia estabiliza mi vida, así lo dicen los TAC que revelan que mi enfermedad pasa por un momento estable, y mientras así sea seguiré adelante. Que sea el tiempo quien determine mi existencia, yo hacer más no puedo.

 

Antes he dicho «resignación», lo digo con el corazón en la mano — no intento convencer a nadie — en mi caso, con 83 años y habiendo pasado por una vida más que aceptable, eso de decirle adiós a la vida se hace un tanto llevadero. No deja de ser un consuelo. No olvidemos que la vida y la muerte van de la mano y, en nuestra cultura, no lo tenemos asimilado.

 

No quiero pasar por alto a los que por culpa de esta enfermedad se fueron a edades más tempranas y que, sin alcanzar sus sueños, sufrieron el doble. Y no olvido a los niños que la sufren, porque estos ni tan siquiera han entrado en la vida… creedme por ellos rezo.

 

Es por eso que a veces las quejas no dejan de ser una retórica del momento. Hay que mirar hacia atrás, siempre hay gente que lo pasa peor, y eso me recuerda el final de aquel poema que dice más o menos: «y cuando el rostro volvió, halló la respuesta viendo que otro iba recogiendo las hierbas que el arrojó».

No es fácil convivir con una persona con cáncer. Yo por mi parte procuro una actitud como si nada pasase, son ellos los que hacen más esfuerzo en sus actuaciones, disimulan su pesar y tienen que pensar muy bien qué conversaciones deben tener en mi presencia.

 

En cuanto a compañeros y amigos, con los que mantenía alguna que otra llamada periódica y también de WhatsApp, parece como si de repente se les hubiese tragado la tierra. Digo yo que deben pensar en cómo dirigirse a mí, qué decirme… creo que la palabra cáncer asusta tanto que omiten la llamada y, en los casos más íntimos, soy yo quien les llama para darles ánimos… que no pasa nada.

 

Otras de las frases que se dicen para intentar de paliar tu enfermedad suelen ser: “esto de la muerte no se sabe, a lo mejor mañana a mí me puede dar un infarto y muero antes que tú, o a mí andando por la acera me cae una maceta y muero en el acto, nunca se sabe”. Y yo les respondo que esas frases no me valen, sí pueden ser ciertas pero ellos cada día cuando se van a dormir no piensan en que les pueda dar un infarto o una maceta en la cabeza. Yo, en cambio, cada noche al acostarme cierro mis ojos y el primer pensamiento que me vienes es:

 

Pedro, tienes cáncer.

Además, a esta edad de 83 años, estoy rondando la media de muerte de 85 años para los hombres en España. Ni qué decir tiene que muchos firmarían esto, por lo que me han manifestado algunos cuando hemos hablado de este tema, pero la verdad de las verdades es que nadie se quiere morir… salvo algunas enfermedades o casos muy aciagos donde la muerte quizá pueda ser justificada.

 

No le pido a Dios que me cure –no quiero alterar lo establecido– sólo que me conceda unos años más de vida, me gustaría ver a mis nietos cómo encaminan su futuro, con esto me conformo.

 

Con este escrito sólo pretendo dar unas pautas del proceso de afrontar esta enfermedad, poniéndole un poco de «chispa» para suavizar tan áspera situación, pero teniendo en cuenta que la hemos contraído de mayores y quizá sea algo más soportable. Ni qué decir tiene que los grandes afectados son esos niños y esos jóvenes que les queda mucho por vivir.

Al paciente oncológico le envío este mensaje

 

Nos ha tocado a nosotros –cómo podía ser a otros– así que sólo nos toca luchar para que el tiempo que nos quede lo vivamos con dignidad, la vida solo es un «cachito» dentro del tiempo infinito…

 

“Hay que luchar” es la consigna, sin dejar el más mínimo espacio para las lamentaciones y las penas. ¿Y por qué no con la ilusión de que existe algo después de esta vida? Creer o no creer están en la misma tesitura, por lo tanto, me atrevo a decir «cree» por si acaso… eso sí, pidiendo disculpas a los NO creyentes que también deben de tener sus razones argumentadas.

 

Dijo Mahatma Gandhi:

 

«Si la muerte no fuera el preludio de otra vida, la vida presente sería una burla cruel».

Sólo tengo un miedo: el dolor carnal. Pero creo en esos cuidados paliativos y en las mediaciones para evitar infame final.

 

Mi vida actual en el plano afectivo es: la familia, el médico y las enfermeras (son las últimas personas que «conviven» conmigo y a las que quiero ver mucho tiempo). Ellas, las enfermeras, con su «toque» de cariño y amabilidad lo hacen todo más llevadero, merecen los mejores elogios por atender a enfermos oncológicos. Me atrevería a decir que es por propia vocación.

 

Enfermos de cáncer, en definitiva, sois vosotros los que debéis decidir la actitud ante tal desgracia. Yo sólo, con toda mi honestidad, he dado unos puntos de vista un tanto personales. El resto está en manos de la ciencia o de la benevolencia divina, quién sabe… quién se atreve a añadir otros criterios.

 

Voy a despedirme primero dando las gracias por haber leído este escrito y, si alguna conclusión habéis sacado del mismo, que sirva de ayuda en este camino aciago que nos ha tocado.

 

Me vais a permitir acabar con una de las estrofas, de uno de los poemas más sorprendentes de mística, es de Teresa de Jesús:

 

«Venga ya la dulce muerte, el morir venga ligero que muero porque no muero»

Escritor y paciente de cáncer de colon con metástasis hepática

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12 comentarios

  1. Que bonitas reflexiones ante una situación tan difícil de afrontar. Pedro te envío un abrazo de esos que transmiten energía positiva con mucho amor

  2. Felicidades Pedro Por describir con pocas frases una situacion de vida que afecta a muchas personas que seguro se sentiran reconfortadas al leerlo Y tambien nos ayudaran a muchos que sin padecerlo no estamos exentos de sufrirlo, esta u otra circunstancia de la vida que en cualquier momento de la vida puede aparecer Tus palabras nos llevaran a vivirlo con una mejor perspectiva Gracias Pedro y que por mucho tiempo puedas vivir para seguir enseñando

  3. Que bonito y triste a la vez .. Gracias por tan profundas reflexiones .. me a dado que pensar
    Mucha fuerza y ánimo

      1. Es lo más bonito y real que he escuchado en mi vida.
        Pedro te admiro que hayas llegado a esa conclusión suscribo todo,todo lo que comentas.
        Te envío un fuerte abrazo cargado de energía.
        Se feliz.

  4. Hola soy Ana y también tengo cáncer de colon con metástasis hepatica tengo 61 años y lo llevo con mucha fe vivo sin pensar lo que tengo y sin dar a entender que lo lleve mal yo creo que dios decide cuando me tengo que ir y también tengo miedo al dolor de momento no tengo ningún dolor y por eso le doy gracias a dios todos los días
    Muchas gracias por tu testimonio Pedro te deseo lo mejor y adelante que nosotros podemos

  5. Yo,ando el los 56 AÑOS Y AQUÍ GERREANDO CON EL CANCER ESO SI CON AYUDA DE PAREJA AMIGOS Y GENTE QUE TE QUIERE. BIEN EN LA CUAL TE INCLUYO DARTE UN SALUDO.

  6. Mi nuera tiene lo mismo que tú…pero con 40 años. Hace 4 días operaron el tumor del hígado,sacaron la mitad.Los médicos dieron muchas esperanzas.lo siguiente es operar el colon.Nosotros no somos creyentes pero respetamos a quienes lo son.Nuestra fé es en los médicos..Te deseo sea concedida esa prórroga por muchos más años,Ánimo! 🍀💪

  7. Hola pedro,

    Hace 20 días diagnosticaron a mi madre cáncer en el colon con metástasis hepática. Ella dice lo mismo que tu, que ha tenido una buena vida y que pese a la enfermedad cree que no tiene derecho a quejarse, tiene su vida completa, conoce a todos sus nietos aunque son pequeños, pero que no quiere morir. Pero la verdad que yo tengo mis momentos, saber que va a fallecer en unos años, los que la enfermedad la deje, creo que todavía no estoy preparada para que eso ocurra. Hoy hablando con mi hermana, que es médico y su marido es oncólogo, me decia que esperamos que en unos años nos tenemos que preparar para que la enfermedad avance y llegue al desenlace, me ha removido lo que viví los 3 primeros días de la noticia. Se que ese momento lo tengo que afrontar antes o después, pero no estoy preparada, no estoy preparada para asumir que mi madre ya tiene motivo de muerte y que ella este a la merced de la enfermedad. Me da pánico que ella sufra…. perdona el texto tan largo.

  8. Yo estoy con mi papá en el hospital tiene 83 años y cancer de colon , hace 15 días murió mi mamá de lucemia desde el diagnóstico nos duro 3 días …con mi madre fue una muerte dulce y bonita ,con mi papá estoy aterrada que no sea igual y que sufra mucho …no quiere verle padecer a alguien que quiero mucho….gracias Pedro por tu testimonio

  9. Me encanta la reflexión que has expuesto aquí y la fortaleza que tienes.Mi padre falleció de cáncer de colon y mi marido con 59 años lo está pasando igual que tu y con la misma positividad,con las mismas ganas de luchar y siempre con una sonrisa y con la frase(este cáncer no me va a tumbar).hay días que lo lleva mejor, pero hay otros que no aguanta el dolor,y los efectos que le hace la medicación, pero se levanta y continua,estoy más decaída mentalmente yo q el.Admiro su fortaleza y estoy convencida que saldrá de esta,que el va a ganar la batalla, porque es un luchador, porque hace todo lo que los médicos le dicen y como dice el»pelearemos has el final».Así que mucha fuerza y mientras hay vida hay que luchar, sabemos que la vida y la muerte van unidas de la mano, pero si se puede alarguemos el camino un poco más….

  10. Buscando como es morir con cáncer de colon con metástasis hepática, encontré como vivir. Es una puerta que ya había cerrado. A veces uno apresura el final por no podervermas alla del dolor propio. Si de algo sirve, este testimonio me era necesario. Gracias

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