El cáncer de hígado es un tumor bastante desconocido en nuestro medio, pero tiene gran impacto a nivel mundial, ya que tiene una gran incidencia. Se estima que 905.677 personas fueron diagnosticadas con cáncer de hígado en todo el planeta en 2020. Según nuevos estudios, el número de casos nuevos podría aumentar en un 55 % para 2040.

Octubre es el mes elegido para la concienciación contra el cáncer de hígado, que se representa con un lazo de color verde.

¿Qué es el cáncer de Hígado?
El hígado es un órgano esencial para la vida, que recibe toda la sangre del tracto digestivo para purificarla de los tóxicos que ingerimos. Por este motivo, puede verse afectado por varios tipos de cáncer.
Al ser un órgano que recibe mucho flujo sanguíneo, el tipo de tumor más frecuente en este órgano son metástasis de tumores de otras localizaciones.
Entre los tumores primarios del hígado, esto es, los cánceres que se originan en las células del propio hígado, encontramos dos tipos principales:
- El colangiocarcinoma intrahepático. Son los tumores que se originan en las células de las vías biliares. Es decir, los conductos por los que la bilis producida en el hígado es transportada al tracto digestivo principal. Este tipo de tumores comparten características con los tumores biliares de otras localizaciones.
- El hepatocarcinoma. Surge de las células principales del hígado conocidas como hepatocitos.
En esta publicación hablaremos sobre el hepatocarcinoma, por ser el cáncer de hígado primario más frecuente. Este tipo de tumor es la tercera causa de muerte por cáncer en el mundo. En España se diagnostican entre 5.000 y 8.000 nuevos casos cada año.
¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de hígado?
El hepatocarcinoma tiene varios factores de riesgo que son evitables, lo que subraya la importancia de la prevención ante este tipo de cáncer.
Entre estos factores de riesgo destacan los siguientes:
- Las infecciones por virus de la hepatitis. Las infecciones crónicas por virus de la hepatitis B (VHB) y de la hepatitis C (VHC) siguen siendo hoy el factor de riesgo más importante para padecer hepatocarcinoma en el mundo. Así, el virus de la hepatitis B, el cual es prevenible con la vacunación, estaría implicado en hasta el 56% de los casos de cáncer de hígado. El virus de la hepatitis C, en cambio, está relacionado con un 20% de los diagnósticos.
- El consumo excesivo de alcohol. El alcohol es un tóxico que se metaboliza en el hígado, ocasionando que este órgano esté especialmente expuesto a los efectos nocivos del consumo alcohólico excesivo y crónico. Se estima que el consumo alcohólico está implicado en el 17% de los casos mundiales, aunque en países donde las infecciones por virus de la hepatitis no son tan prevalentes puede verse su influencia en hasta el 60% de los diagnósticos.
- Factores metabólicos. Cada vez son más frecuentes en nuestra sociedad problemas metabólicos como la obesidad, la diabetes tipo 2, la enfermedad por hígado graso y la esteatohepatitis no alcohólica. Este síndrome metabólico se asocia a un incremento en la inflamación del hígado y otros tejidos, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer de hígado.
- Otros tóxicos hepáticos: En países tropicales, la ingestión de alimentos contaminados con aflatoxinas, producidas por el hongo Aspergillus fumigatus, se asocia a hepatocarcinoma. El consumo prolongado de anabolizantes también ha sido relacionado con este tipo de cáncer.
- Enfermedades inflamatorias crónicas que afecten al hígado. Cualquier problema que genere un ambiente inflamatorio constante puede aumentar el riesgo de padecer cáncer en este órgano. Entre otros, las hepatitis autoinmunes crónicas o las enfermedades metabólicas como la hemocromatosis.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de hígado?
No es frecuente que el hepatocarcinoma ocasione síntomas hasta que el tumor está muy avanzado. Los síntomas suelen venir derivados de la enfermedad crónica del hígado sobre la que se asienta en muchas ocasiones, como es la cirrosis. En nuestro medio, el 90% de los hepatocarcinomas aparecen sobre hígados ya enfermos por cirrosis.
Si el tumor obstruye la vía biliar puede ocasionar ictericia, síntoma que produce una coloración amarillenta de la piel por no poder eliminarse la bilirrubina del cuerpo de manera adecuada.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de hígado?
Cuando se detecta una lesión tumoral en un hígado con cirrosis, puede diagnosticarse con pruebas de imagen, como la Tomografía Computerizada o la Resonancia Magnética. En las ocasiones en las que el diagnóstico es más dudoso —bien por no presentar la imagen típica, por aparecer en un hígado previamente sano o porque el paciente tiene antecedentes de otros tumores que nos obligarían a descartar una metástasis— suele ser necesario tomar una biopsia del tumor para analizarlo en el laboratorio.
¿Cómo se trata el cáncer de hígado?
En general, el tratamiento del hepatocarcinoma es bastante complejo, y necesita de la colaboración de diferentes especialistas para obtener los mejores resultados.
En estos comités multidisciplinares se evalúa el estado del paciente, la función del hígado y el estadio del tumor (TNM) para valorar individualizadamente la mejor opción terapéutica. Para unificar y valorar todas estas cuestiones se emplea comúnmente el sistema Barcelona Clinic Liver Cancer (BCLC), que sirve de guía para decidir cómo se trata el cáncer en cada caso.
Los tumores pequeños en un hígado relativamente sano pueden tratarse con cirugía o con técnicas ablativas destinadas a quemar el tumor, como pueden ser la radiofrecuencia o las microondas. En algunos de estos casos se puede plantear el trasplante de hígado como tratamiento.
Cuando el tamaño, la localización o el número de nódulos tumorales no permiten un abordaje con las terapias locales anteriores, se pueden plantear tratamientos como la quimioembolización (conocida también como TACE, del inglés Trans-Arterial Chemo-Embolization).
La TACE consiste en meter quimioterapia directamente en la arteria que lleva la sangre al hígado. Esto es posible porque el hígado sano recibe el 75% de su aporte sanguíneo por la vena porta, siendo posible bloquear la arteria hepática sin dañar demasiado el órgano sano. En cambio, los tumores reciben sangre casi de forma exclusiva por vía arterial. Así, al bloquear el aporte sanguíneo arterial con partículas cargadas de quimioterapia, se daña mayoritariamente el tumor, pues el hígado sano sigue recibiendo sangre a través de la vena porta. Por este motivo, para poder recibir este tratamiento, no debe existir trombosis de la vena porta.
Si no es posible realizar las técnicas anteriores o si el tumor ha generado metástasis a distancia, el tratamiento se basa en terapias sistémicas que actúen en todo el cuerpo. En este tipo de cáncer no se suele emplear la quimioterapia, sino terapias dirigidas orales como el sorafenib, o combinaciones de inmunoterapia y antiangiogénicos (fármacos contra la formación de vasos sanguíneos), como la combinación de atezolizumab y bevacizumab.
En resumen.
El hepatocarcinoma es un tumor altamente prevenible con la modificación de estilos de vida y con medidas preventivas como la vacunación, lo que aviva nuestro optimismo de que con este tipo de actuaciones podamos reducir su impacto. Mientras tanto, seguiremos subrayando la necesidad de manejar estos diagnósticos de la manera más individualizada posible, mediante una valoración multidisciplinar en centros con experiencia y fomentando la necesaria investigación en este campo de la medicina.
Referencias
- HEPATOCELLULAR CARCINOMA: ESMO CLINICAL PRACTICE GUIDELINES FOR DIAGNOSIS, TREATMENT AND FOLLOW-UP. Ann Oncol (2018).
- Global burden of primary liver cancer in 2020 and predictions to 2040. Rumgay et al. Journal of hepatology. Oct 2022.
- BCLC strategy for prognosis prediction and treatment recommendation: The 2022 update. Reig et al. Journal of hepatology. 2021.
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2 comentarios
El cáncer de hígado es un tema importante y poco conocido. Es fundamental estar informados sobre sus causas, síntomas y tratamientos. 💚 La prevención y el diagnóstico temprano son clave en la lucha contra esta enfermedad. Gracias por compartir esta información. 🙌💪
Muchas gracias, Santiago, por tu comentario. Tienes toda la razón, es muy importante conocer este tipo de tumor y, desgraciadamente, pasa desapercibido en nuestra sociedad.
Un abrazo.