Hace cinco años, Sandra trabajaba en una pescadería del mercado municipal de Barcelona cuando le detectaron cáncer de mama. Hacía 7 años que no se hacía una revisión ginecológica, y gracias a una mamografía de control le detectaron un bulto, que tras la biopsia resultó ser un carcinoma ductal infiltrante. Por suerte, el diagnóstico fue rápido y le programaron la operación en menos de un mes.
En ese momento, primero vino el shock, pero en lugar de venirse abajo, Sandra no se detuvo a pensar en «por qué me ha pasado esto a mí», sino que decidió ponerse las pilas y afrontar de la mejor forma todo el proceso que le venía por delante. Empezó por la operación, el tratamiento con quimioterapia y la radioterapia aunque la cosa se complicó cuando le informaron de que su tumor era de tipo triple negativo, además de BRCA2 positivo, y por lo tanto tenía un alto riesgo de volver a producirse. En ese momento, Sandra se sometió a una doble mastectomía total, porque tenía claro que ella quería prevenir y seguir viviendo lo máximo posible.
El cáncer le ha cambiado totalmente la vida a Sandra, que ya no puede ejercer su profesión, aunque afirma que ella mira para adelante y nota como ahora valora cosas que antes no valoraba, y su ley de vida a partir de ahora es vivir y disfrutar junto con su familia y amigos.
Unimos personas y ciencia porque compartir es avanzar.