La quimioterapia es uno de los tratamientos más empleados contra el cáncer. Este tratamiento engloba una gran variedad de fármacos con diferentes mecanismos de acción, formas de administración y efectos secundarios. A estos fármacos se les denomina también fármacos antineoplásicos o quimioterápicos.
Las células tumorales son células de nuestro propio organismo que inician un crecimiento y división descontrolado debido a una alteración en los mecanismos de control de crecimiento y multiplicación celular.
Debido a esto, las células tumorales tienen la capacidad de invadir órganos y viajar a otros tejidos alejados al de origen, es decir, producir metástasis. El objetivo de la quimioterapia es frenar el crecimiento y división de las células cancerígenas y causar su destrucción. Como consecuencia a su mecanismo de acción, también pueden producir “daño” sobre células sanas, fundamentalmente sobre las que tienen un rápido crecimiento, como las células de la sangre y del pelo, causando efectos secundarios.
¿Cuáles son los tipos de quimioterapia?
Existen diversos tipos de quimioterapia dependiendo de cual sea su mecanismo de acción y principio del que se originan.
Por otro lado, dependiendo del estadío o “fase “en el que se encuentra la enfermedad, podemos hablar de tres tipos de tratamiento:
- Quimioterapia neoadyuvante: es la que se administra antes de una posible cirugía y tiene como objetivo la reducción del tumor y la curación.
- Quimioterapia adyuvante: es la que se administra después de la cirugía, y su finalidad es conseguir la curación del paciente.
- Quimioterapia paliativa: es la que se administra cuando la enfermedad está avanzada, es decir, presenta metástasis y su objetivo es reducir la enfermedad para que mejoren los síntomas y prolongar la supervivencia del paciente.
¿Cómo se administra la quimioterapia?
La quimioterapia se administra en periodos de tiempo llamados ciclos. Cada ciclo de quimioterapia comprende el o los días de administración de la quimioterapia y días de descanso, pudiendo durar entre 15 y 28 días cada ciclo. El tipo de ciclo va a depender de los fármacos quimioterápicos que se empleen.
Existen quimioterapias de administración intravenosa o administración vía oral. La quimioterapia intravenosa se suele administrar a través de dispositivos como reservorios o PICC (catéter central de inserción periférica), que permiten que la quimioterapia llegue directamente a una vena gruesa, evitando que se dañen las venas del brazo.
La quimioterapia intravenosa habitualmente se administra de manera ambulatoria, y no es necesario ingresar en el Hospital, salvo excepciones. En primer lugar, tu oncólogo, tras revisar tu analítica y tu situación en la consulta te confirmará que puede recibir el tratamiento. Tras esto, en la Farmacia Hospitalaria, se prepara la medicación que a continuación el paciente recibe en un área habilitada en el hospital para este tipo de tratamiento, llamada Hospital de Día.
¿Cuál es la duración del tratamiento?
La duración del tratamiento de quimioterapia va a depender de los siguientes factores:
- Del objetivo del tratamiento. Si se trata de quimioterapia neo o adyuvante, habitualmente existen un número de ciclos preestablecidos, y suele durar 5-6 meses. En caso de enfermedad avanzada (con metástasis), no suelen existir un número concreto de ciclos, y la duración del tratamiento va a depender de si la enfermedad responde y de cómo tolere el paciente el tratamiento.
- De los efectos secundarios. Su aparición, y sobretodo si estos son severos puede acortar el periodo de tratamiento.
- De la respuesta obtenida. Si la enfermedad responde o se mantiene sin cambios, se continúa con el mismo tratamiento y es caso de que no fuera así, este tratamiento se suspende y su oncólogo valorará cambiarlo.
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